¿Cuántos ruidos insoportables existen? Un investigador se encargó de armar un ránking de los ruidos más molestos, y lo publicó en la web, para que los usuarios votasen cuáles son a su criterio los más irritables.
Según la investigación, para más de un millón de usuarios no hay algo más horrible que escuchar a alguien vomitar. Detrás del vómito, el acople (o feedback) de los micrófonos ocupa la segunda posición seguido del llanto de un bebé (ante el que reaccionan peor los hombres que las mujeres). Más atrás aparecen el torno del dentista y el ruido del avión en vuelo.
El último experimento científico de Trevor J. Cox, profesor del Centro de Investigaciones Acústicas de la Universidad de Salford, Inglaterra, es "Bad Vibes" (en www.sound101.org), que permite a los visitantes darle puntaje a sus reacciones sobre 34 sonidos absolutamente repelentes.
Si bien la investigación es ágil pues el público sigue votando y cambia las posiciones, lo que es seguro es que el vómito supera holgadamente al resto con un puntaje de 4,65 sobre seis, que le da la categoría de realmente horrible. Y las uñas rascando el pizarrón Mitad de tabla: llamativamente, ocupa el puesto 16. Investigaciones sugieren que ese sonido remite a un reflejo vestigial relacionado con los gritos de advertencia de los monos.
El sitio permite calificar ruidos entre seis tipos, desde no tan malo , hasta el peor: espantoso . Así, se suceden una persona comiendo desesperadamente, un taladro en funcionamiento, una motosierra y hasta una piara de cerdos gruñendo como el último de sus días.
Un término que se usa en el estudio de este fenómeno es sensibilidad acústica sacular (el sáculo es un lecho de células sensoriales ubicado en el oído externo), pero la piel de gallina y la extrema aversión no se han explicado.
Debe de haber algún tipo de sonido que por cierto rasgo acústico, tal vez muy agudo, provoca sensaciones displacenteras. Pero también otros que remiten a vivencias.
"Es muy importante porque los ruidos afectan notablemente la calidad de vida", concluyó Cox, cuyo experimento será expuesto próximamente en el Museo de Ciencia e Industria de Manchester, ante miles de oídos inocentes.
Subido por Alberto de la Rúa
